En un nuevo episodio de despidos en la industria alimentaria, la multinacional Pepsico ha cesanteado a 36 trabajadores en su planta de Mar del Plata.

Este acontecimiento, tan repentino como desalentador, refleja las duras repercusiones de las políticas impulsadas por el actual gobierno liberal encabezado por el presidente Milei y el ministro de economía Caputo.

Los empleados, que se encontraban con la expectativa habitual de iniciar su jornada laboral, fueron recibidos con la amarga noticia al intentar ingresar a la planta. Esta primera oleada de despidos en la planta marplatense de Pepsico ha generado una justificada indignación, manifestada a través de protestas en los portones y la instauración de una asamblea permanente.

Este lamentable suceso es una consecuencia directa de la política económica promovida por el gobierno actual, que, en su afán por reducir la inflación, ha provocado una significativa disminución en el consumo, afectando gravemente a todos los sectores, incluido el alimenticio.

La decisión de Pepsico de despedir a estos 36 trabajadores es un duro golpe para la comunidad laboral de Mar del Plata, donde la empresa posee uno de sus principales centros productivos en América. La falta de comunicación formal por parte de la compañía ha dejado a los empleados en un estado de incertidumbre y preocupación, mientras esperan alguna explicación que aclare el panorama actual.

Es evidente que estas medidas tienen un impacto devastador en la vida de los trabajadores y sus familias, y plantean serias interrogantes sobre el futuro del empleo en el país. Es imperativo que las autoridades tomen medidas concretas para proteger los derechos laborales y garantizar la estabilidad económica de quienes dependen de estos puestos de trabajo.

En este contexto, es fundamental que la sociedad en su conjunto se mantenga alerta y solidaria ante situaciones de injusticia como estas, y exija responsabilidad a aquellos que tienen el poder de tomar decisiones que afectan a tantas personas.

La lucha por un empleo digno y seguro para todos es un compromiso que no puede ser ignorado.