La posición de la CTA de Yasky frente al conjunto de leyes propuestas por Milei es firme: rechazo total.

En sus palabras, los diputados se disponen a otorgar un poder ilimitado a un gobierno empeñado en continuar con políticas de ajuste.

La central liderada por Hugo Yasky considera que estas propuestas legislativas, tanto las llamadas Bases como el paquete fiscal, representan un retroceso significativo. Si se aprueban, advierten, se llevaría a cabo en medio de un contexto de ajuste severo, marcando así un retroceso a condiciones laborales propias del siglo XIX en lugar de avanzar hacia un sistema más acorde al siglo XXI.

La crítica de la CTA hacia el impulso legislativo de La Libertad Avanza en Diputados es contundente, especialmente en un momento donde la defensa de la educación pública ha movilizado a multitudes en Argentina. La central denuncia la paradoja de diputados que se niegan a discutir mejoras en el presupuesto universitario y otros aspectos clave, mientras están dispuestos a respaldar leyes que favorecen un ajuste que beneficia a grandes corporaciones en detrimento de los sectores populares.

La CTA hace un llamado a los bloques opositores para que no sean cómplices de este ataque a los derechos laborales, previsionales, tributarios y de soberanía nacional, delineando claramente su postura contra los cambios propuestos.

En cuanto a los aspectos específicos de las leyes, la central expone detalladamente cómo estos vulneran derechos fundamentales, violando incluso disposiciones constitucionales y tratados internacionales. Se destacan medidas que favorecen los despidos arbitrarios, limitan el derecho de huelga y perpetúan la injusticia tributaria.

El paquete fiscal es objeto de críticas adicionales, particularmente por su carácter regresivo, beneficiando a los más ricos a gastos de los trabajadores y los jubilados. Se alerta sobre el riesgo de convertir a Argentina en un refugio para actividades ilegales como el lavado de dinero, lo que profundizaría la desigualdad y la injusticia en el país.

La postura de la CTA de Yasky es clara: el rechazo absoluto a estas leyes que, lejos de avanzar hacia el progreso y la equidad, representan un retroceso significativo en términos de derechos laborales y justicia social.