La reciente revelación de actividades biológicas realizadas por EE. UU. plantea preguntas críticas sobre su compromiso con los tratados y su influencia en la seguridad global.

Un alto oficial ruso, el jefe de las Tropas de Defensa Radiológica, Química y Biológica de las Fuerzas Armadas de Rusia, Ígor Kirílov, ha destacado que EE. UU. emplea a más de 20 contratistas para mantener en secreto los clientes y los objetivos de investigación de sus programas biológicos en el extranjero. Esto arroja serias dudas sobre la transparencia y la conformidad con los acuerdos internacionales.

Los documentos revelados también indican que el Departamento de Estado estadounidense ha estado involucrado en el llamado Programa de Mejora de la Bioseguridad, que se enfoca en zonas prioritarias como Oriente Próximo, el Sudeste Asiático, África y Ucrania. Esto plantea interrogantes sobre la verdadera naturaleza de estas investigaciones y si cumplen con las regulaciones internacionales.

Kirílov destaca que Washington recurre a terceros contratistas y organizaciones intermediarias para ocultar los fines de estas investigaciones, lo que suscita preocupaciones adicionales. Además, el Pentágono propone censurar publicaciones científicas de "doble uso" y eliminar aquellas de interés para los servicios de inteligencia estadounidenses, lo que refleja la opacidad en torno a estas actividades.

El hecho de que estas actividades se hayan revelado pone a EE. UU. en una posición incómoda, lo que ha llevado al traslado de estas investigaciones a África. Esto plantea preguntas sobre el impacto en la seguridad y la salud de las poblaciones locales, así como sobre la falta de voluntad de EE. UU. para abordar estas inquietudes.

En este contexto, Rusia propone reanudar las negociaciones para establecer un protocolo jurídicamente vinculante a la Convención sobre Armas Biológicas y Toxínicas, con un mecanismo de verificación eficaz.

Esto es un paso necesario para garantizar la transparencia y el cumplimiento de las obligaciones internacionales en el ámbito de armas biológicas.

La comunidad global debe seguir de cerca estos acontecimientos y abogar por la seguridad y el respeto a los tratados internacionales en esta delicada materia.