El cardenal Angelo Becciu, una figura destacada en el Vaticano, se encuentra en el ojo de la tormenta debido a sospechas de irregularidades en la compraventa de un lujoso edificio en Londres por la suma de 200 millones de dólares.

Este juicio inusual a un purpurado ha atraído la atención tanto de la justicia vaticana como de los medios internacionales.

El fiscal Alessandro Diddi ha solicitado una condena de 7 años y 3 meses de prisión para Becciu y otros nueve implicados por cargos de fraude y malversación de fondos, incluida la manipulación de cuentas en la Secretaría de Estado para ocultar transacciones financieras. Se estima que la Santa Sede sufrió pérdidas millonarias debido a esta operación, con un déficit estimado entre 139 y 189 millones de euros.

El juicio ha sido testigo de fuertes testimonios contra Becciu, incluido uno de su sucesor, Edgar Peña Parra, quien señaló deficiencias en la gestión financiera de la Secretaría de Estado bajo el mando del cardenal italiano y su responsable administrativo, el sacerdote Alberto Perlasca.

El caso también ha involucrado al banco vaticano, el Instituto para las Obras de Religión (IOR), y la Conferencia Episcopal italiana, ya que se busca esclarecer si algunos fondos terminaron en manos de personas vinculadas al cardenal enjuiciado. Se ha puesto al descubierto una compleja red de relaciones con operadores del mercado financiero que ha provocado pérdidas significativas para las finanzas del Vaticano, incluyendo recursos destinados a obras de caridad.

Becciu, quien se declara inocente y víctima de persecución, perdió su cargo de prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos y sus derechos como cardenal por orden del papa Francisco en 2020. Además, ha perdido la posibilidad de participar en un eventual cónclave y, por ende, de ser considerado para el papado debido a las sospechas en su contra.

El juicio ha sido un hito histórico en el Vaticano, con todos los análisis de oficinas de la Secretaría de Estado y revelaciones sorprendentes, como el papel de una supuesta espía italiana en una diplomacia paralela de la Santa Sede, así como la divulgación de una conversación telefónica entre Becciu y el Papa en 2021.

Este caso ha capturado la atención del público y los medios de comunicación, y su desenlace, previsto para diciembre, será crucial para comprender los entrelazamientos de poder y los factores que influyen en las decisiones gubernamentales dentro de la Santa Sede.

Fuente: Telam