Masiva movilización por el Día Nacional de la Memoria: crónica de resistencia ante el negacionismo gubernamental.

Las redes arden con más de 400 mil personas en las calles, en lo que se considera "la más grande de la Historia". Testimonios y postales de una marcha que desbordó el centro porteño.

"Podrán quitarnos todo, menos la memoria", proclama un cartel artesanal, sostenido con orgullo por Susana, en las abarrotadas inmediaciones de la Plaza de Mayo. Desde Parque Patricios, la jubilada docente Susi se une al emotivo encuentro dominical: "No podía faltar, enfrentando a estos negacionistas en el gobierno. Esta fecha cobra una relevancia aún mayor en el contexto actual. A pesar de mis dudas, de la tristeza de semanas pasadas, decidí venir. Aquí me siento parte de algo más grande, respaldada. Somos miles dispuestos a seguir luchando, en honor a aquellos compañeros que sacrificaron sus vidas. Aunque intenten ahogarnos, seguiremos defendiendo nuestros derechos. Ellos representan las fuerzas del cielo, una noción difusa. Nosotros somos las fuerzas del suelo, respaldados por la historia y la verdad. La lucha por Memoria, Verdad y Justicia sigue siendo nuestra bandera".

Un río de memoria fluye por las arterias del centro porteño. Desde la Avenida de Mayo hasta las calles empedradas de San Telmo, cientos de miles de personas se unen en una sola voz. Cuarenta y ocho años después del golpe genocida, el clamor es claro: "Memoria, Verdad y Justicia".

Thelma y sus compañeros confeccionan una hermosa bandera que ondea sobre la Avenida de Mayo. Cada puntada es un acto de resistencia. "Aunque Milei y sus aliados se empeñen en negarlo, seguimos luchando. Mantenemos vivos los ideales de aquellos que ya no están con nosotros", afirma Thelma antes de despedirse. Martín danza al ritmo de un tamboril cerca de la Catedral. "La situación es complicada", admite, señalando la apatía de la Casa Rosada. "Nos gobiernan los fachos, pero hoy dejamos claro que somos más, que no nos rendiremos".

Guillermo marcha junto a los pueblos originarios, ondeando una wiphala multicolor. "Nunca Más es un compromiso que trasciende el tiempo. La lucha continúa, ahora contra nuevas formas de opresión y explotación".

Las cocineras populares también se suman a la protesta. "En los barrios el hambre aprieta cada vez más. Estamos aquí para exigir un cambio, para rechazar las políticas de hambre impuestas por el gobierno", declara Doña Mabel, antes de perderse entre la multitud. La democracia también se mide en el derecho a una vida digna, sin privaciones.

Al caer la tarde, las columnas de manifestantes se dispersan por las calles de San Telmo. Decenas de miles de voces unidas en un grito contra las políticas neoliberales. La memoria histórica nos guía, y la lucha sigue. En una esquina, un mensaje claro para el presidente: "Tengo hambre, Conan".

Esta crónica de la marcha por el Día Nacional de la Memoria es un recordatorio de que la resistencia persiste, más fuerte que nunca, contra el negacionismo y las políticas de exclusión. Es hora de unir fuerzas y seguir adelante, con la memoria como guía y la justicia como destino.

Fuente: TiempoArgentino