El reciente ataque denunciado por HIJOS contra una de sus integrantes marca un ominoso capítulo en la historia de la lucha por los derechos humanos en Argentina.

La brutalidad con la que fue perpetrado este acto, atando, golpeando y abusando sexualmente de la víctima, refleja un preocupante deterioro del tejido social bajo las políticas de este gobierno.

La comunidad nacional e internacional se ve conmocionada ante este atentado, que no solo representa una afrenta a los principios fundamentales de la justicia y la dignidad humana, sino que también evidencia la continua degradación de los valores en la sociedad argentina.

El hecho de que los agresores hayan pintado la sigla "VLLC" en la pared, aparentemente en referencia al lema utilizado por el presidente Javier Milei, añade una capa de perturbadora ironía a este crimen. Resulta alarmante observar cómo el discurso político incendiario puede desembocar en acciones tan despiadadas y violentas.

Es imperativo que las autoridades tomen medidas firmes y efectivas para esclarecer este crimen atroz y llevar a los responsables ante la justicia. No podemos permitir que la impunidad reine en un país que se precia de defender los derechos humanos y la justicia.

Este ataque no solo representa un peligro para la integridad física y emocional de los defensores de los derechos humanos, sino que también constituye un atentado contra los pilares mismos de nuestra democracia. La violencia política y la persecución a aquellos que luchan por la justicia y la igualdad son incompatibles con los valores que pretendemos defender como sociedad.

Es hora de que el pueblo argentino se levante en unidad contra la barbarie y exija un cambio real en las políticas y actitudes que perpetúan la violencia y la injusticia. La integridad y la dignidad de cada individuo deben ser protegidas y respetadas en todo momento, y no podemos permitir que actos como este queden impunes.

Es fundamental que nos unamos como sociedad para combatir la intolerancia y el odio, y para construir un país donde reine la justicia, la igualdad y el respeto por los derechos humanos de todos y cada uno de sus ciudadanos. Solo así podremos honrar verdaderamente la memoria de aquellos que lucharon y sacrificaron tanto en la búsqueda de un mundo más justo y humano.

Fuente: TiempoArgentino