La designación de Gustavo Morón como Secretario de Trabajo bajo la administración de Javier Milei ha generado un intenso debate en los círculos políticos y sindicales.

Su conexión con Jorge "Fino" Palacios y las denuncias de prácticas cuestionables durante su gestión en Seguridad y Justicia de la Ciudad han elevado la preocupación entre los dirigentes de la CGT.

Morón, con una sólida formación académica y una carrera que abarca roles clave en la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses) y la Superintendencia de Riesgos del Trabajo, enfrenta ahora el escrutinio de su pasado. La revelación de viejas notas sobre su papel en la auditoría externa de la Policía Metropolitana durante la gestión de Guillermo Montenegro ha avivado las críticas.

Se le acusa de liderar, desde las sombras, un régimen de compras directas sin licitación, especialmente en lo relacionado con equipamiento e indumentaria. Estas denuncias, junto con su implicación en el escándalo de escuchas ilegales protagonizado por "Fino" Palacios, plantean interrogantes sobre su idoneidad para liderar la Secretaría de Trabajo.

El presidente electo, Javier Milei, respalda a Morón, destacando su experiencia y habilidades en el ámbito laboral. Sin embargo, la oposición y los sindicatos expresan sus reservas, solicitando una investigación más profunda sobre las alegaciones en su contra.

En un contexto donde las palabras clave como "Gustavo Morón", "Sobreprecios", y "Vínculo con Fino Palacios" cobran relevancia en las redes y las búsquedas en línea, la designación de Morón como Secretario de Trabajo se convierte en un tema candente.

Los dirigentes de la CGT y la opinión pública están atentos a cómo se desarrollará esta situación, mientras la controversia se intensifica.