El vínculo histórico entre ciertas iglesias protestantes y las fuerzas políticas de derecha no es un fenómeno nuevo.

Más allá de la relación entre la ética protestante de Calvino y el espíritu del capitalismo explorado por Max Weber en el siglo XX, existen datos más recientes que merecen atención.

En 1969, el "Informe Rockefeller", elaborado para el presidente Nixon, señaló que la Iglesia Católica, donde surgía la Teología de la Liberación, no era un aliado confiable para Estados Unidos. Se recomendó fortalecer iglesias evangélicas para contrarrestar su influencia. En 1980, los "Documentos de Santa Fe", doctrina ético-religiosa de la administración Reagan, abogaron por combatir esta teología mediante control comunicacional y la creación del Instituto de Democracia y Religión, financiando iglesias evangélicas en todo el continente.

Los matices teológicos pueden esperar, lo crucial es analizar la influencia evangélica en las derechas latinoamericanas, especialmente en "La Libertad Avanza" (LLA) de Javier Milei en Argentina.

Desde su inicio, LLA estableció conexiones con iglesias evangélicas pentecostales, que representan más del 90% de fieles protestantes en Argentina. Estas iglesias operan independientemente, lo que hace que las adhesiones parezcan individuales, ocultando conexiones más amplias.

Ejemplos notables incluyen a la pastora Andrea Almirón, candidata a gobernadora en Tierra del Fuego, firme opositora al aborto y defensora del sistema liberal; Lourdes Arrieta, licenciada en Comunicación Social y militante de Milei; y Sebastián Etchevehere, precandidato a gobernador de Entre Ríos, respaldado por el pastor Héctor Miguel Kecher.

Javier Milei ha obtenido un apoyo institucional inusual de la Federación Argentina de Pastores Evangélicos (FAPE), liderada por el pastor Ariel David Díaz, quien también preside la Asociación Marplatense de Iglesias Evangélicas y coordina la LLA en la quinta sección electoral bonaerense.

El recorrido político de Díaz es variado, desde el Frente Patriota hasta Unión por Todos, y su apoyo a Milei ha movilizado a fieles evangélicos, especialmente en barrios vulnerables, en temas como el aborto, la ley de identidad de género y la ESI.

Aunque no se menciona el Informe Rockefeller ni los Documentos de Santa Fe, la historia persiste, aguardando oportunidades para influir en la política actual.

Fuente: Sergio Zalba