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14 de julio de 2022

Por deudas salariales, el gremio de lecheros sostiene una huelga total en las tres plantas de La Suipachense y de ARSA y teme que las empresas tiren leche para presionar mediáticamente

Además acusan a Claudio Rafaniello, quien le compró ARSA al Grupo Vicentin, de quedarse «en beneficio de su negocio con las retenciones de dinero que con destino a la seguridad social descuenta de los salarios».

La huelga comenzó el martes y todavía se mantiene en las tres plantas de La Suipachense y de ARSA. Los trabajadores denuncian deudas salariales y de aguinaldo.

 

Además hay infracción en los aportes. Desde el gremio temen que las empresas empiecen a tirar leche a las alcantarillas para presionar mediáticamente.

Desde las cero horas del martes, la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina (Atilra) paraliza la producción de La Suipachense cuya planta está ubicada en la ciudad bonaerense de Suipacha; y de ARSA (Alimentos Refrigerados SA) cuyas fábricas están en Lincoln y Córdoba y elaboran alimentos refrigerados para SanCor.

«El paro obedece a cuestiones esenciales, como falta de pago de haberes, falta de pago de aguinaldos, falta de otorgamiento de vacaciones, contratos de trabajo eventuales en fraude a la ley laboral, falta de entrega de ropa de trabajo, incumplimiento absoluto de elementales normas de seguridad e higiene del trabajo, maltrato laboral, desconocimiento de delegados electos, obstaculización de la actividad gremial, sanciones disciplinarias arbitrarias sin oportunidad que el trabajador sea escuchado», describen desde la organización que lidera Héctor «Etin» Ponce.

Y agregan: «Retraso en el pago de las pautas salariales convencionales, no pagar a trabajadores de la actividad láctea los salarios que corresponden a la convención colectiva aplicable, ambiente edilicio de trabajo en condiciones ruinosas, derivación de elaboración de productos a otras empresas habiendo capacidad de elaboración propia y varias otras más que podríamos enumerar».

Gremio de lecheros paraliza las tres plantas de La Suipachense y de ARSA por deudas salariales y teme que las empresas tiren leche para presionar mediáticamente

Además acusan a Claudio Rafaniello, quien le compró ARSA al Grupo Vicentin, de quedarse «en beneficio de su negocio con las retenciones de dinero que con destino a la seguridad social descuenta de los salarios».

 

La empresa ya le pidió al Ministerio de Trabajo la intervención y el dictado de la conciliación obligatoria, aunque todavía no obtuvo respuesta favorable. Desde el gremio creen que no va a ocurrir porque hay incumplimientos manifiestos de la parte empresaria.

Además, en Atilra están preparados para lo que, consideran, puede ser una avanzada mediática para tratar de criminalizar la protesta. «Hay que estar preparados para el show mediático que quieren hacer tirando leche a las alcantarillas. Aclaramos que eso lo harán los empresarios no los trabajadores», aseguran fuentes gremiales.

«Hasta tanto no paguen el Ministerio no dictará conciliación», explicaron a InfoGremiales desde la cartera laboral. Y reafirmaron: «No vamos aceptar que usen a los trabajadores como excusa para arrojar leche».



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