El 10 de junio, el proyecto (2902-D-2018) obtuvo media sanción en la Cámara de Diputados de la Nación.

La trashumancia es una práctica ancestral relacionada con la actividad ganadera, y constituye una forma productiva particular del clima mediterráneo frío. 

En nuestro país, se realiza en diversas zonas cordilleranas, lo que incluye a la provincia de Neuquén, particularmente en el noroeste neuquino. La práctica consiste en el traslado de animales -arreos- en verano a los campos altos de la cordillera (veranada) y, en invierno, a los bajos de los valles (invernada), en busca de las mejoras pasturas para alimentar al ganado. 

El circuito productivo que genera está formado por la invernada, la veranada y la ruta pecuaria o “huella de arreo”, como la denominan los propios crianceros. En la provincia, la trashumancia, entre la meseta árida y semiárida y la cordillera de los Andes abarca aproximadamente 2.000 productores que, con sus familias, constituyen más 90% de la población rural del área de los Departamentos cordilleranos de Minas, Norquín, Chos Malal, Loncopué, Picunches y Aluminé, y los Departamentos de meseta, Añelo, Catan Lil, Pehuenches y Zapala. Al año, se trasladan cerca de un millón de animales.

El proyecto lo firmaron los diputados y diputadas Javier Rivero, María Fernanda Villone, Maximiliano Caparroz, José Ortuño López, Liliana Murisi, Germán Chapino, Lorena Abdala, María Laura du Plessis y Ludmila Gaitán (MPN); Carina Riccomini (Juntos); Fernando Gallia (FNN) y Carlos Sánchez (UP-FR).