El 13 de septiembre de 1930 marcó un hito en la historia del territorio del Neuquén al nombrar al coronel Ernesto Mastropiedra como su undécimo gobernador.

Sin embargo, su mandato se vio truncado debido a problemas de salud, lo que lo llevó a renunciar el 20 de febrero de 1932. En su lugar, asumió de forma interina su secretario, Félix San Martín, quien ocupó el cargo hasta el 1 de octubre de ese mismo año.

El coronel Mastropiedra fue una figura destacada en su época, y su gestión estuvo marcada por la promoción de la industrialización en la región. Abogó por la creación de lavaderos de lana, hilanderías y fábricas de tejidos, contribuyendo así al desarrollo de la economía local. Además, impulsó la creación de estaciones experimentales dedicadas a las industrias agropecuarias, lo que fomentó la innovación y la modernización en el sector agrícola.

Otro aspecto importante de su gobierno fue el énfasis en la atención médica en el interior del territorio. Mastropiedra se preocupó por la salud de los habitantes y estableció salas de primeros auxilios y médicos en diferentes localidades, mejorando así el acceso a la atención médica en una región caracterizada por su vasta extensión geográfica.

Este período en la historia del Neuquén, aunque breve, dejó un legado significativo en términos de desarrollo económico e infraestructura médica. Las acciones emprendidas por el coronel Mastropiedra y su equipo sentaron las bases para un futuro más próspero y saludable en el territorio.