La noticia del nuevo pago de $10.000 para más de 1.000.000 de personas afiliadas al PAMI como parte del Programa Alimentario es bienvenida, pero no suficiente para cubrir las necesidades de los jubilados y pensionados en situación de vulnerabilidad.

La universalización del beneficio para todas las personas mayores de 80 años que perciben hasta un haber y medio es una buena medida, pero deja fuera a muchos otros que también necesitan ayuda.

Aunque se agradece el esfuerzo del PAMI por contribuir con un refuerzo alimentario, el monto del pago varía según la modalidad y zona geográfica del afiliado, lo que significa que algunos pueden recibir menos que otros.

Además, la implementación del Programa Alimentario en reemplazo de los bolsones de alimentos que se distribuían a través de centros de jubilados y pensionados que debieron permanecer cerrados debido a la pandemia de Covid-19 ha sido insuficiente para cubrir las necesidades de los jubilados y pensionados en situación de vulnerabilidad.

Es importante destacar que la iniciativa se financia a partir del Impuesto PAIS, que gravó ciertas operaciones en moneda extranjera para derivar su recaudación a políticas de promoción social. Sin embargo, es necesario que se realice un análisis exhaustivo de cómo se están utilizando estos recursos y si están llegando a quienes más lo necesitan.

En resumen, el nuevo pago del Programa Alimentario es un alivio para algunos jubilados y pensionados, pero no es suficiente para resolver la crisis alimentaria que muchos enfrentan.

Es importante que se continúe trabajando en políticas y programas que aborden de manera integral las necesidades de los jubilados y pensionados en situación de vulnerabilidad.

Por Gustavo Garcia