Desde el Hotel Embajador, donde se llevó a cabo la reunión de los líderes parlamentarios y los precandidatos del partido centenario, se pudo observar una vez más la farsa de la política argentina.

En un país donde la unidad partidaria parece ser una utopía y donde la corrupción y el oportunismo campean a sus anchas, esta reunión parece más una maniobra publicitaria que una verdadera oportunidad de diálogo constructivo y debate político.

Es curioso que este encuentro se haya dado en el contexto de una serie de fracasos políticos por parte del partido Pro, que intenta desesperadamente dar señales de unidad mientras su imagen se desvanece frente a la ciudadanía. Y mientras tanto, los líderes radicales se muestran juntos por unos pocos minutos y comparten una foto para hacer creer a la gente que todo está bien en el partido centenario.

No obstante, la pregunta que surge es ¿qué clase de debate político real se puede esperar de un encuentro de 15 minutos entre varios de los principales dirigentes de la UCR? ¿Realmente se discutieron temas de interés para la ciudadanía, o se limitaron a intercambiar sonrisas y apretones de mano?

Es hora de que los líderes políticos dejen de utilizar estas maniobras publicitarias para dar una imagen de unidad que no se condice con la realidad, y se pongan a trabajar seriamente en solucionar los problemas reales que afectan a la sociedad argentina.

Gustavo Garcia